viernes, 14 de septiembre de 2007

Una mala noche, para cambiar los malos hábitos


Ayer viví una experiencia que casi no me dejó dormir (y eso que soy muy dormilona), acompañé a un alto ejecutivo japonés a una reunión con empresarios mexicanos y comenzó diciendo "Señores, quiero decirles que ustedes son los hombres del mañana", los mexicanos se sintieron muy orgullosos por tal halago y dijo "saben porque? Porque todo lo dejan para mañana".
Inmediatamente recordé la última vez que fui a Veracruz, una mujer de la zona me decía "lo que falta aquí es que vengan inversionistas para crear empleos y salir de donde estamos" y mi ex novio le dijo "no son inversionistas lo primero que aquí se necesita, sino cambiar la manera de pensar, crear y trabajar, porque esa fue la razón por la que ese pueblo se acabó en el descuido, el despilfarro, falta de ahorro e inversión".
Se dice que de nuestra mente, solo el 5% es mente consciente y el restante 95% es mente subconsciente. Por lo tanto, mucha de nuestra tarea en la vida es desechar malos hábitos y cambiarlos por nuevos.
Cuando hacemos algo que no nos gusta, lo postergamos, nos duele la cabeza, etc; pero se dice que si tú, conscientemente decides hacer de eso, hábito tuyo, entonces necesitarías repetirlo al menos 21 veces en un periodo corto.
Mismas acciones conducen a mismos resultados, es decir, es un circulo vicioso, no hay mejora, no hay crecimiento, no hay desarrollo.
Y toda la noche casi no dormí por estar pensando ¿Qué necesito cambiar hoy mismo para ser más plena y feliz?
Pues sí, ser cabrona es analizar a profundidad tu propia vida.

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